¿Dónde está el hogar?

Este contenido ha sido probablemente programado

El otro día leía las primeras páginas del libro »En la tierra somos fugazmente grandiosos», y antes que nada que conste que lo adquirí en la librería por el simple título que se aloja en su lomo una tarde depresiva de domingo en Madrid y no por la recomendación de la famosa cantante barcelonesa pese a las risitas de uno y de otro.

Así que yo misma me preguntaba si sería capaz de escribirle una carta a mi madre o de despedirla cuando fuese el caso. Me aterroriza la idea de quedarme plenamente huérfana. Pero también me preguntaba si ella sería capaz de despedirse de nosotros, ya que había pasado del extremo de medio pasar de nuestra existencia a estar constantemente encima con alguna que otra amenaza de desheredamiento si nos mudábamos fuera del continente europeo. También me preguntaba si uno realmente está preparado para decirle adiós a alguien con este tipo de vínculo y que probablemente sea el tiempo quién te prepare ese adiós en bandeja de plata. Tal y como nos dice Milena en su libro más apesadumbrado y melancólico. No sería capaz de volver a leer ese libro pero lo guardé como un tesorito entre mis libros dónde refleja una milésima parte del gran dolor que siento, de vez en cuando, hacia la mera existencia de la vida.

Mientras tanto, seguía preguntándome si me estancia en Madrid sería infinita o si algún extranjero encantador conseguiría enamorarme y sacarme del país a otro continente divertido y repleto de aventuras pese al eterno reproche de la señora madre. Lo único que tenía claro (y sigo teniendo) es que quería pasar mis últimos años cerca del mar, quejándome de mis hijos, malcriando a mis nietos, dándome la mano con mi marido, echándole de menos si no está y susurrando sobre la vida a mis padres entre las grandes, agitadas y tranquilas olas que provoca el oleaje.

Pero al mismo tiempo, seguía preguntándome si conseguiría crear en Madrid mi hogar, y tal y como charlábamos los amigos el otro día; y en qué momento realmente la casa de tus padres deja de ser realmente tu casa, tu espacio seguro y quizás tu nueva casa con mucha dedicación y cariño acaba convirtiéndose en tu hogar.

O quizás el hogar me encuentre a mí al encontrarte con esa mezcla de delicadeza, paz, inteligencia, ferocidad y alegría.

06.06.23

CYT

Martínez

24.02.23

Este contenido ha sido probablemente programado

El otro día estaba tomando unos vinos en Milford (me pregunto si tendrá que ver algo con Connecticut) con la reina de las tortillas y reconocía que había dejado de escribir hacía mucho tiempo aunque no lo hacía desde mi cerebro y mi corazón, donde se almacenan miles de textos que perduran en el tiempo gracias a mi peculiar memoria. Luego paralelamente mientras hablábamos sobre temas inmundos y no tan inmundos y Gemita afirmaba que escribir alivia el dolor, yo me preguntaba porqué Jesús Terrés seguía sintiéndolo y acababa afirmando contra mí misma que el dolor forma parte de la vida, para otros menos y quizás para otros algo más.

Esta no es la conversación de esta composición repleta de frases, así que no nos despistemos para variar.

Un día, decidí cambiar el nombre de este blog por champagneytrufas. Lo hacía mientras corría velozmente a favor de algún sinónimo del anonimato y abandonando Valencia y con mis mochilas cargadísimas. Odio las mochilas y siempre he sido más de maletas, pero si miras un poco más allá quizás conseguirás leer lo que ocultan estas líneas.

Por un lado champagne es sinónimo de celebración. Para los que nos gusta el champagne, nosotros sabemos que no lo bebemos todos los días. Lo bebemos en caso de emergencia, un día en casa o alrededor de una alguna mesa o sofá o en caso de alguna celebración especial o simplemente para celebrar que hoy es hoy y que no hay otro mañana. O para celebrar que te quiero pero de eso siendo sincera, ya no me acuerdo ya. A veces no hay que celebrar, a veces que no haya celebración es una celebración.

Y por otro lado, trufas de chocolate. Esas que a veces son muy corrientes y aparecen como guinda a una comida o cena y que no puedes rechazar. Como las mini sorpresas, esas que tanto nos gustan. Las que no son importantes y las que son todo. Esas que a veces sirve el camarero para contentar y hacer sentir especiales a los clientes. O como mis favoritas y las mejores del mundo mundial, las trufas Martínez que tanto ahora quieres desear. Pero que conste que en esta vida no nos descantamos siempre por el postre de chocolate pero por Dios que a nadie le amarga un buen dulce.

¿De cuántas cosas hemos hablado y aún no hemos dicho de qué íbamos a hablar?

¿Cuándo tomamos champagne y trufas, y qué vamos a celebrar?

CyT

Dónde estás

Dónde estás, donde estás… No paro de repetirlo mientras observo que la primavera llega a Madrid. Piernas sin medias, vestidos y botas para no pecar de no ser prudente. Restos de moreno latino que aún gozan de algún que otro destello. El pelo de nuevo suave volviendo a su largo sirena. Risas tontas mientras la primavera altera.

Donde estás, donde estás… Mientras te busco por las esquinas y veo que los chicos guapos se atreven y se emocionan con pantalones de lino. Donde estás, donde estás y mientras tanto tiro por la ventana mi colección repleta de piropos, miradas, propuestas indecentes y propuestas más que perfectas.

Dónde estás para admirarte, mirarte y cuidarte. Dónde estás para que me riñas y callarte a besos. Dónde estás para quererte libre como el viento. Dónde estás para desaparecer durante el fin de semana. Dónde estás para volverte loco. Dónde estás para dejar la ropa por los suelos e intentar algunas cosas todos los domingos.

¿Dónde estás?

CyT

Si el mundo fuera mío.

Si el mundo fuera mío, lo pondría ante tus pies. Si el mundo fuera mío, cogería todo lo bueno y te lo pondría en bandeja de plata. Los atardeceres, los mares y los océanos, las montañas, los prados, las flores, el frío y el calor. Si el mundo fuera mío, te daría todo el amor del mundo y toda la pasión que deberías ser capaz de sentir. Si el mundo fuera mío, quitaría las mentiras y las infidelidades de por medio y solo te serviría copas repletas de verdad. Si el mundo fuera mío, te protegería todos los días y te rozaría los pies lentamente en plena noche después de amarnos y con el significado de transmitir algo más que cariño por encima del colchón.

Si el mundo fuera mío, y el día que no sea nuestra boda y sean otras, tienes que saber que te pediré que nos vayamos o incluso peor, que nos encerremos. Si el mundo fuera mío, te doy el poder de llevarme donde me quieras tú llevar.

Si el mundo fuera mío, estaría lejos pero cerca. Pero lo suficientemente lejos para no estar encima de ti pero para que sepas que esté donde esté, estoy a tu lado. Que me llames, que voy a recorrer medio mundo por ti. Si el mundo fuera mío tendría que contarte que a veces, no hay momentos de sensatez y que ellos solo dan paso a la locura.

Si el mundo fuera mío, desearía que sepas que este no es un mundo correcto y repleto de lazos de terciopelo. Si el mundo fuera mío, te enseñaría un mundo discreto, salvaje cuando tiene que serlo, leal, trabajador, cariñoso, divertido, elegante y repleto de clase y de cicatrices por los acontecimientos.

Si el mundo fuera mío, te ofrecería el mío para juntarse con el tuyo y crear uno nuevo. Y abandonar a nuestros hijos porqué necesitamos reencontrarnos a nosotros mismos.

Si el mundo fuera mío…Nos quiero señoritos, salvajes cuando sea la ocasión, buenas personas siempre y con un gran inteligente y sarcástico sentido del humor.

Si el mundo fuera mío, te quiero delante de mí y en mi bañera y envolverte cálidamente en una toalla blanca de rizo y de algodón, cuando se dé la ocasión.

Si el mundo fuera mío, quiero que sepas que me duermo viendo una película de kung fu que elegí yo porqué encuentro la paz contigo o que quizás a momentos, sea todo lo contrario.

Si el mundo fuera mío, quiero escucharte y aprender tanto de ti. Mi biblioteca favorita: Tu cabeza, tu cuerpo y tu alma.

Si el mundo fuera mío, quiero que sepas que el día que te vayas porqué lo has decidido o porqué el Señor así lo ha querido, te quiero feliz y sonriendo y sabiendo que ha sido un placer coincidir en esto que quizás podamos llamar vida.

Si el mundo fuera mío, nos querría libres pero eligiéndonos todos los días.

Qué fantasía sería o quizás, es esta.

Si el mundo fuera mío.

CyT

14/02/2022

Un domingo.

Un domingo sin planes, de esos tan favoritos. O un domingo con planes, cancelados a último minuto. Así deben ser los domingos, perdiendo la noción del tiempo. Aunque llueva, aunque haga sol, aunque la moda sea ahora la que sea… ¿Desde cuándo fuimos de modas? En casa y un domingo, cargados de nuestro tiempo. Un vino, una cancelación de última hora y casi a punto de empezar una comida, porqué cariño yo solo quiero estar contigo. Una mesa al lado del sofá.

Que sí, que un vino y música pero yo solo quiero estar contigo. Que sí, que la película empezó a ser casi interesante, que sí…

Que sí, casi se nos cae la columna famosa de Monocle. Que sí, que hoy no lees cariño. Hoy nos leemos.

Un domingo, levantarnos y casi acostarnos con la misma ropa, justo antes de entrar a la ducha contigo.

Un domingo.

CyT

Altanera, preciosa y orgullosa.

Se me ha olvidado escribir porqué solo ya solo me interesa sentir, amar y vivir con la que gente que está loca, loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes ni de los ojalá sino que arde, ama, arde, construye, decide y brilla como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que las arañas estrelladas en una noche de verano cerca del mar. Perder la noción del tiempo, que solo me importe estar entre tu piel y el calambre y ser capaz de sentir lo suficiente sin apenas hablar y pensar.

Pero también has de saber que la locura no es lo único que me interesa y he de confesarte, que besamos poco y ahora más, pero cuando maduras entiendes que amar es la única forma de entenderte y de entenderse.

Y que yo solo quiero amar, cuidar y admirar.

Y besar mucho más.

9/11/21

Las tentaciones.

A día de hoy, la nostalgia se ha vuelto una querida u odiada rutina. Añoramos un mundo mejor. ¿Acaso no era el ayer, un mundo mejor? Siempre ayer fue un tiempo mejor y más si había amor.

El yo, en el ahora sin un pasado ya sin fecha de caducidad y sin un futuro sin predecir, se siente incómodo y sobrevive a base de escalofríos que nos producen los susurros de las calles vacías y un ambiente con neblina casi grisácea. Un ambiente que está a punto de llegar y que nos envuelve lentamente sin apenas darnos cuenta.

Nos hemos refugiado en la afirmación de que el futuro será mejor. ¿Será mejor el mañana? Un mañana que es imaginado, construido bajo un falso techo que se sostiene sobre esperanzas dibujadas en un precioso atardecer de sol.

¿Son refugios seguros, el pasado o el futuro o simplemente son estados pasajeros para no hacernos frente a nosotros mismos?

Se sabe que aquellos que hemos sufrido inimaginablemente tenemos cierto favoritismo a intentar jugar con el control. ¿Llegarás a ser capaz de soltarlo, de desparramar tu inconsistente fragilidad para afrontar el presente como el rayo de luz que te ilumina y te enseña tu verdad?

Un presente que es lo único que tenemos certeza de que existe. El presente de hoy que juega como un arma de doble filo, desafiándote constantemente a que lo vivas, a que lo agarres de la mano y a que dejes todos tus miedos y todas tus excusas para tomar acción y vivir el papel de tu vida.

Así que por segunda vez, se viene otra tormenta y se va a llevar todo sin parpadear. Es momento de tomar las riendas de tu vida.

Mírate a ti mismo al espejo. ¿Te has parado a ver, qué es lo que ves?

Este es el momento de derribar el muro con el que convives, esta es la oportunidad que te da la vida para que puedas y que empieces a convivir contigo mismo. Sí, con ese niño herido que llevas dentro. O con esas creencias que te auto-limitan mujer.

Y así poder rendirte a la vida, al amor y a todo aquello que te apasiona. Dejando de medir las relaciones por el número de whatsapps, renunciando al conformismo y a los yogures mediocres con fechas de caducidad.

Rindiéndote a las tentaciones que se te presentan en bandeja de plata.

Así que, es hora de rendirte ya.

CyT

¿Cuánto perdemos mientras esperamos?

No siempre está claro. Quizás nunca lo está.

No siempre está claro qué es exactamente lo que esperamos pero algunos de nosotros insistimos en esperar mientras se escapan los momentos, las pasiones y las aventuras. Y se van escapando las oportunidades y mientras tanto se va escapando la vida.

Y continuamos esperando a alguien, que hemos estado observando todo el tiempo… Que hemos estado puliendo en nuestra imaginación. Puliendo segundo a segundo momentos excelentes, victorias exultantes, noches interminables, cariños respetables y pasiones más que sensacionales. Pero…

Pero oye, dime… ¿Cuándo comenzaremos a vivir como si comprendiéramos la urgencia de la vida?

Este es nuestro momento, nuestro día, nuestra vida. No alguna era dorada del pasado, ni la utopía del futuro. Y no el entretenimiento que nos da el presente.

Esto es lo que hay, nos guste o nos desilusione, nos entusiasme o nos aburra…

Esta es la vida y está pasando. ¿Y se puede saber a qué esperamos? ¿A qué espero? ¿A qué esperas? ¿A qué estamos los dos esperando?

CyT

Sweetest Taboo

A veces me planteo si seremos como Jack y Kate bebiendo champagne mientras permanecemos sentados en el suelo, pegados el uno al otro con nuestro respectivo albornoz, mirándonos con el pelo mojado y sin peinar como si quisiéramos mañana más.

Otras me planteo que seremos capaces de desnudarnos emocionalmente al completo y volver a amar después de ser heridos. No volver a comportarnos como idiotas. Ser amantes, amigos y compañeros y así morir de la risa en los momentos más inoportunos. Encontrar infiernos que encontraron el cielo en lo prohibido. Descubrir paraísos ocultos. El silencio cómodo a tu lado y saber utilizarlo como arma de doble filo.

Algunas otras que como sería ir de boda los dos juntos, utilizar alguna excusa elegante y así… Volver a comernos. Siempre será buena idea, la de comernos. Pasar los sábados consiguiendo meterme dentro de tus camisas… Acabar los domingos con gorra, zapatillas y palomitas y conseguir acabar el día de otra forma pero entretenidos. Entretenidos siempre, entretenidos de estar todo el día contándonos mil historias y mil cosas, de levantarnos y acostarnos los dos juntos. Siempre entretenidos.

Jack y Kate se encontraron… No me acuerdo donde ellos se encontraron pero te aseguro que me acordaré en el momento menos perfecto en el que nosotros lo hagamos.

CyT

Los locos de Kerouac.

Sigo a la gente que me interesa, porqué la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre estrellas. Pero también has de saber que la locura no es lo único que me interesa y he de confesarte, que besamos poco y ahora más, pero cuando maduras entiendes que amar es la única forma de entenderte y de entenderse. Que eres lo que das y que no hay religión mas verdadera que la piel y el calambre (JT)

Y que me beses.

CyT